No se puede hablar de un proceso justo si las agencias no saben con quién están hablando ni quién tomará la decisión final.
La falta de transparencia genera desconfianza y empobrece el trabajo.
Sin interlocutores con visión estratégica y poder real, es difícil construir propuestas relevantes. Pero esta exigencia debe ser mutua.
A menudo, el concurso lo gana un equipo estelar: fundador, comité de dirección, los perfiles más brillantes… pero, tras la adjudicación, el día a día queda en manos de juniors sin apenas contexto. Y quienes deslumbraron en la presentación solo reaparecen ante los problemas.
Por eso, la transparencia debe funcionar en ambos sentidos.
Saber quién decide y quién ejecuta ayuda a valorar si compensa competir y permite relaciones más honestas.
La interlocución debe mantenerse al mismo nivel, antes y después del concurso
En #ConcursosJustos defendemos procesos con reglas claras, interlocutores visibles y compromisos reales.
Powered by Timtul - Copyright 2022